Bolivia pone en marcha su programa espacial
Dios mío que elocuencia tan versátil, que visión, que magnificencia. Tras arduas deliveraciones he llegado a la compresión ardua de que vivimos en un mundo de PANDERETA, pandereta en el sentido metafórico de la palabra. Me niego a reestructurar mi lenguaje y aplicar el apelativo de izquierdas a todos estos pseudopopulistas quijotescos que sin desparpajo acumulan tonterías una tras otra. La última, la más productiva proviene del presidente de un país que sin ningún tipo de verguenza afirmo que "Leer libros es algo que a el no le compete" en nuestra facultad. Si, me refiero a Don Evo Morales y su programa, soy indígena, apoyo la hoja de la coca y me niego a reconocer que los crioyos (descencientes de españoles e indígenas) llevaran a cabo el levantamiento contra los españoles que posibilitó la independencia de su país, claro que no me extraña, dado que no es muy leido el pobre hombre no alcanza ha vislumbrar que el mismo Simón Bolivar era crioyo.
Lejos de falsear la historia o de mostrarse un incompetente, la última sagazidad de este presidente no es sino crear una agencia espacial boliviana, Bolivia el país más pobre de America Latina en términos globales según el FMI, se lanza ahora al lanzamiento de satélites de telecomunicaciones al módico precio de más de 1000 millones de dólares. Pero claro, lejos quedan las cifras de que seis de cada 10 bolivianos viven entre la pobreza y la extrema pobreza, con un ingreso promedio inferior a dos dólares diarios, pero el drama se agudiza en el sector rural, donde nueve de cada 10 campesinos son pobres o indigentes. España como no podía ser de otra forma procedió a la condonación de la deuda que tenía Bolivia, todo ello para maquillar el desastre en política internacional al que nos tiene acostumbrados su señoría de la Moncloa y es que paradójicamente se ha condonado la deuda externa a un país que ha terminado el año con superávit en sus cuentas públicas, por lo que no me queda otra cosa que regodearme y sentir que lo único que puede hacer uno no es sino reirse del sistema y agitar con garbo una pandereta. Brindaré por tanto, por la mediocridad y por la visión del jefe de estado boliviano.
Dios mío que elocuencia tan versátil, que visión, que magnificencia. Tras arduas deliveraciones he llegado a la compresión ardua de que vivimos en un mundo de PANDERETA, pandereta en el sentido metafórico de la palabra. Me niego a reestructurar mi lenguaje y aplicar el apelativo de izquierdas a todos estos pseudopopulistas quijotescos que sin desparpajo acumulan tonterías una tras otra. La última, la más productiva proviene del presidente de un país que sin ningún tipo de verguenza afirmo que "Leer libros es algo que a el no le compete" en nuestra facultad. Si, me refiero a Don Evo Morales y su programa, soy indígena, apoyo la hoja de la coca y me niego a reconocer que los crioyos (descencientes de españoles e indígenas) llevaran a cabo el levantamiento contra los españoles que posibilitó la independencia de su país, claro que no me extraña, dado que no es muy leido el pobre hombre no alcanza ha vislumbrar que el mismo Simón Bolivar era crioyo.
Lejos de falsear la historia o de mostrarse un incompetente, la última sagazidad de este presidente no es sino crear una agencia espacial boliviana, Bolivia el país más pobre de America Latina en términos globales según el FMI, se lanza ahora al lanzamiento de satélites de telecomunicaciones al módico precio de más de 1000 millones de dólares. Pero claro, lejos quedan las cifras de que seis de cada 10 bolivianos viven entre la pobreza y la extrema pobreza, con un ingreso promedio inferior a dos dólares diarios, pero el drama se agudiza en el sector rural, donde nueve de cada 10 campesinos son pobres o indigentes. España como no podía ser de otra forma procedió a la condonación de la deuda que tenía Bolivia, todo ello para maquillar el desastre en política internacional al que nos tiene acostumbrados su señoría de la Moncloa y es que paradójicamente se ha condonado la deuda externa a un país que ha terminado el año con superávit en sus cuentas públicas, por lo que no me queda otra cosa que regodearme y sentir que lo único que puede hacer uno no es sino reirse del sistema y agitar con garbo una pandereta. Brindaré por tanto, por la mediocridad y por la visión del jefe de estado boliviano.
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