domingo, 31 de enero de 2010

Lecturas de Sweezy 2,5 y 6

Capítulo 2- El problema del valor cuantitativo
El capítulo comienza hablando del primer capítulo de "El Capital" que se titula "Las mercancías". El estudio de las mercancías es directamente relacionado al estudio de la relación económica del cambio. En una sociedad de producción de mercancías simple, se supone que cada productor produce cantidad mínimo de bienes. Luego, trueca una parte éstos para recibir otros bienes que utiliza para satisfacer una amplia gama de necesidades. Éste es el problema del cambio.

Marx estudió a los economistas clásicos como Adam Smith que planteó la relación que existe entre el cambio y la división del trabajo. La crítica que hace Sweezy a esta afirmación es que Smith no sabía entender la división del trabajo independientemente del cambio. Según Sweezy, el cambio existía antes del división de trabajo y fue su propulsor. Para Smith, la producción de mercancías es inherente al ser humano, y, por ende, también inherente a vida económica entre humanos. Por lo tanto, ciencia económica es igual a ciencia de la producción de mercancías. Bajo esta premisa, la economía política es exclusivamente cuantitativa.

Marx reconoce que la división del trabajo es necesaria para producir mercancías, pero no cree que eso signifique que la relación inversa tiene por qué existir. Utiliza el ejemplo de las comunidades indígenas para apoyar su argumentación; en estas comunidades había división de trabajo sin producción de mercancías. Marx discrepa fuertemente con Smith en tanto que no ve que la producción de mercancías sea inherente al ser humano ni a la vida económica. Es sólo una de las formas posibles de organizar una economía.

A través de Marx, Sweezy quita a la producción de mercancías su carácter natural para examinarla dentro de un contexto histórico-social mediante un análisis cualitativo. Eso es lo innovador del análisis marxista de esta cuestión: el hecho de que tenía en cuenta tanto lo cualitativo como lo cuantitativo. Sweezy se encarga en este capítulo de explicar ese primer factor.


Valor de uso

Marx afirmaba que toda mercancía tenía un valor de uso y un valor de cambio. El valor de uso está presente en la relación que hay entre el consumidor y el objeto que consume. Marx dejaba fuera este aspecto dado que no nos dice nada sobre las relaciones entre personas. Para él, la economía política debía centrarse exclusivamente en las categorías sociales. Sweezy cree que en lugar de excluir totalmente el valor de uso, hace falta acotarlo. Un análisis de la economía necesita reconocer que el valor de uso es imprescindible para la producción y un precursor al consumo.


Valor de cambio

Este segundo valor sí tiene importancia para Marx. Es indicativo de una relación social entre los que poseen las mercancías. Aunque parezca que cada productor trabaja de forma aislada, realmente los unos trabajan para los otros. Las mercancías son fruto del trabajo humano en una sociedad que se organiza a base de la división de trabajo. Si hablamos del valor de cambio, podemos hablar de una forma de intercambio contextualizada en un periodo histórico que se basa en la producción privada donde el trabajo se reparte entre los miembros de la sociedad.

Trabajo y valor

Es el trabajo lo que convierte una mercancía en una expresión de relaciones sociales. Tiene dos aspectos: uno relacionado con el valor de uso y el otro relacionado con el valor que tiene la mercancía producida. El trabajo que da a un producto un valor de uso, se le denomina trabajo útil. El trabajo útil no es la única fuente del valor de uso; también está implicada la naturaleza. (P.ej. Para hacer un chaquetón de cuero, hay que trabajar el cuero que viene del pellejo de un animal: naturaleza + trabajo).

Si quitáramos la utilidad al trabajo, nos quedaríamos simplemente con el gasto de fuerza humana de trabajo. El trabajo debe entenderse en el sentido abstracto dado que todos los humanos trabajan gastando energía con vistas a un objetivo fijo, produciendo valores de uso.


Trabajo abstracto


El trabajo abstracto tal como queda representado en el valor de las mercancías juega un papel importante en el pensamiento de Marx. Es un concepto que no se comprende fácilmente, y, por eso, Sweezy, lo analiza de forma detallada en este capítulo. Para Marx, el trabajo abstracto no tiene nada de metafísico ni irreal. "Abstracto" quiere decir que hablamos de un término "trabajo" que engloba toda clase de actividad humana productiva en sentido general. Marx no fue quien introdujo el concepto del trabajo abstracto en la economía político. Aparte de Benjamín Franklin, también lo contempló Smith hablando del trabajo en general, en lugar de “trabajo comercial”, “trabajo agrícola”, etc. De hecho, Marx reconocía que fue la escuela clásica la que definió la actividad productiva de forma abstracta, utilizando el trabajo abstracto para analizar las relaciones sociales.


El trabajo abstracto está en el núcleo del capitalismo. En la sociedad capitalista, el trabajo tiene más movilidad que en ninguna otra forma de sociedad anterior. Los trabajadores cambian de puesto con bastante frecuencia y los nuevos que entran en el mercado laboral son colocados en los puestos más bajos de la jerarquía. No obstante, estar en un puesto u otro no tiene tanta importancia como la voluntad de esta fuerza de trabajo en su conjunto y su nivel general de desarrollo. Esto nos dice cuánto una sociedad puede responder a sus necesidades mediante la producción.


La relación de lo cuantitativo con lo cualitativo en la teoría del valor


Podríamos ver una mercancía y pensar que el artículo ha sido elaborado por un trabajador que realiza su labor aislado del resto de la sociedad. Sin embargo, también se puede ver como un producto cuya elaboración ha requerido una parte del total de la fuerza de trabajo en la sociedad. La teoría del valor tiene un aspecto cuantitativo en tanto que se puede medir las unidades de tiempo que han sido necesarias para producir una mercancía dada. La pregunta a responder es "¿cuánto trabajo ha hecho falta para hacer esta mercancía?"

Los conceptos "trabajo socialmente necesario" y "trabajo simple" se han utilizado para criticar la economía política de Marx . Estas críticas son de carácter cuantitativo y son examinados en otro capítulo.


El carácter fetichista de las mercancías


El análisis que se elabora busca la sustancia de las relaciones sociales. Las formas de organización social son esenciales para este estudio. Marx en su teoría sobre Fetichismo de la Mercancía, se percató de que, a la hora de analizar las mercancías y su producción, se cometía a menudo el error de confundir la forma con la sustancia. Este problema sólo podía subsanarse mediante análisis crítico. Por lo general, las mercancías terminan transformándose en productos útiles gracias a los individuos privados que se ponen a producirlos. El trabajo conjunto de la sociedad es la agregación del trabajo de todos estos individuos privados. El carácter social específico del trabajo solamente aparece en el acto de cambio de los productos. Por ende, las personas se relacionan no directamente sin a través de los productos que elaboran.

Esta situación no se empezó a dar hasta que el capitalismo estuvo relativamente avanzado. En este contexto, la producción de mercancías adquirió un desarrollo alto y una difusión amplia; eso ha llegado a materializar las relaciones sociales. La realidad es el "mercado" donde priman los precios y cantidades vendidos; los seres humanos pasamos a ser meros instrumentos. El proceso de producción "se independiza" de la persona. Después, acabamos viendo este proceso tal como podría ver los fenómenos naturales que se escapan de nuestro control como el tiempo o la puesta del sol.
A fin de cuentas, la sociedad se ha convertido en otra ciencia natural en el periodo del capitalismo. El dominio del proceso de producción tiene correlación con la teoría de la mano libre de Adam Smith,; es decir, la economía se regula sola.

Tal como pasa en las ciencias naturales, se piensa que con el capitalismo hemos llegado al máximo nivel de desarrollo económico. Siguiendo esta lógica, los sistemas anteriores se ven simplemente como versiones primitivas del capitalismo moderno. Valor, renta, salario, ganancia, etc. son considerados como componentes esenciales de la vida económica. Según Sweezy, los que piensan así hacen un análisis ahistórico que deja fuera aspectos como las diferencias en las formas sociales. La negación de la historia es el máximo exponente del Fetichismo. Nos encontramos envueltos en una mistificación completa del modo de producción capitalista. Convertimos condiciones sociales en cosas y confundimos las condiciones materiales de la producción con sus formas históricas y sociales.

Ricardo fue el que desarrolló al máximo la economía política clásica poniéndole la base para una comprensión racional de las relaciones que están en la base de la producción capitalista. Sin embargo, nunca fue más allá de una visión limitada. Los que eran afines a su pensamiento, por su parte, no se atrevieron a explorar estos aspectos. Desde aquel momento, Marx y otros críticos del orden social existente han sido los únicos que han pretendido continuar con el trabajar de Ricardo.

En realidad, la forma de producción de las mercancías sirve para ocultar el verdadero funcionamiento del capitalismo que divide a la población en clases. Opera bajo la ilusión de que tod@s estamos en un plano de igualdad puesto que tod@s somos vendedores y compradores de mercancías; da igual que hablemos de terratenientes, de empresarios o de trabajadores.

La mayoría aceptan el sistema considerando que las relaciones sociales son tal como aparecen ser en la superficie. A partir de ahí, se han elaborado una superestructura de leyes y principios éticos con los cuales se justifica el orden social existente y se regula la conducta de la población. El Fetichismo nos invita a relativizar la justicia y legalidad capitalistas para que contextualicemos, en sentido histórico, el capitalismo.

La producción de mercancías tiene afán de perdurar en el tiempo sin revelar las relaciones sociales que están en sus cimientos. Además, ha dado lugar a la actual economía entendida como ciencia que ha permitido que las fuerzas productivas hayan llegado a su máximo nivel de desarrollo. Entender la economía como ciencia es entender que respeta ciertas leyes de funcionamiento estables. Eso le da al individuo seguridad a la hora de planificar el futuro de su negocio con vistas a obtener un resultado óptimo.

Con eso, no se quiere decir que el sistema esté completamente trazado y racional. Se han racionalizado algunos procesos parciales mientras que el sistema en su conjunto está marcado por una irracionalidad que va en aumento. Se da una gran contradicción donde el individuo se encuentra en un sistema social que le da una formación para controlar su propio destino. Pero, a la vez, no se permite que éste/a vea el engranaje que hace funcionar este sistema.

Entender esto como parte esencial del Fetichismo es un paso esencial para poder comprender el análisis marxista del capitalismo.

Capitulo V

Para Sweezy, el concepto de “Reproducción Simple” hace referencia al capitalismo. La Reproducción Simple se fundamenta en el consumo. Para que el sistema capitalista se mantenga es necesario que los obreros consuman todo su salario y que los capitalistas hagan uso de toda su plusvalía en el consumo.

Paul Sweezy hace una división de la producción. Y la divide haciendo de la producción dos categorías diferenciadas: Por un lado los medios de producción y por otro los artículos de consumo. Es decir, la propiedad de los capitalistas y en segundo lugar los elementos a consumir por el proletariado.

Con el ingreso, el autor, hace una clasificación similar, es decir, la divide entre el capitalista y el proletariado. Por un lado, el capitalista tiene que gastar su ingreso (plusvalía) en medios de producción aunque el capitalista es libre de gastarlo pero debe gastarlo siempre que quiera mantener su posición. Mientras que el trabajador debe gastar su ingreso (salario) en los bienes de consumo, algo de lo que no es realmente libre, pues siempre estará obligado a consumir para satisfacer sus necesidades.

La acumulación (en términos marxistas) de capital es la base del desarrollo del sistema capitalista. El objetivo es incrementar el capital que un capitalista posee, al fin y al cabo, que su patrimonio sea mayor y/o valga más. Y esto debe ser un proceso de repetición para así incrementar cada vez más el valor de su capital.

El capital, al contrario que la fuerza de trabajo, se puede medir, es decir, tiene una magnitud y por ello es susceptible de ser valorado de una forma objetiva (desde una óptica capitalista). Por ello, entre los capitalistas, se diferencian por el valor de sus propiedades, de la misma forma que unos pájaros tienen más poder en la bandada por el color de sus plumas. Pero al contrario que los pájaros, los capitalistas, pueden variar su posición dentro de su escala de poder en función de si amplían su capital o en cambio, pierden capital.

El capitalista no debe cesar en su consumo con el objetivo de acumular, ya que debe aumentar su capital gracias a la plusvalía sin cesar de consumir. Es decir, el capitalista está obligado, en teoría, a mantener un equilibrio para no abstenerse ni de consumir ni de aumentar su riqueza.

Por otra parte, la fuerza de trabajo no es un “bien” que ningún capitalista pueda producir. En el capitalismo (siempre y cuando esté completamente desregulado), la oferta y la demanda es un mecanismo que no funciona en lo referido a la fuerza de trabajo.

Marx propone un “ejército de reserva del trabajo” o, lo que también llamó “población excedente relativa”. Esto consiste en un que los obreros desocupados ejercen presión constante para la bajada del salario.

Resumen Sweezy Capítulo VI:

Ley de la tendencia descendiente de la tasa de la ganancia:
Siguiendo esta fórmula: g=p´ (1-o)
Si suponemos que la tasa de la plusvalía (p´) es constante, la tasa de la ganancia (g) varía en sentido inverso a la composición orgánica del capital (o). Si o sube g baja. Al existir una tendencia de o a subir debe existir una de g a caer.
Lo importante de esta ley según Marx es que demuestra que ciertos obstáculos internos se oponen al desarrollo indefinido de la producción capitalista. La tasa de la ganancia es la fuerza compulsoria de la producción capitalista por lo que solo se produce aquello que genera ganancias. Según Marx, a Ricardo le preocupa que la tasa de ganancia, principio estimulante del sistema capitalista, se pusiera en peligro por el desarrollo mismo de la producción. Se trata por ello de un modo histórico de producción y no un modo absoluto, limitado en el tiempo y la historia.
Marx enumera 6 causas contrarestantes que contrarrestan y anulan la ley general de la tasa descendiente de la ganancia reduciendo esta al nivel de tendencia:
- La primera tiene en cuenta el abaratamiento de los elementos del capital constante: el uso creciente de maquinaria eleva la productividad del trabajo disminuyendo el valor por unidad del capital constante. Es decir, un aumento de la composición orgánica del capital baja el valor constante (es su propio correctivo).
- La segunda se refiere al aumento de la intensidad de la explotación: La prolongación de la jornada de trabajo eleva la tasa de plusvalía aumentando la cantidad de trabajo excedente sin afectar a la de trabajo necesario. Si se “acelera” y “estira” también, se eleva la tasa de la plusvalía haciendo entrar el trabajo necesario en un tiempo más corto y dejando así una mayor parte de la jornada de trabajo no alterada para el trabajo excedente. Todo ello eleva la tasa de la ganancia.
- La tercera habla de la depresión de los salarios más abajo de su valor: Reducir salarios cada vez que el capitalista puede.
- La cuarta trata de la sobrepoblación relativa: El aumento de la maquinaria deja libres a un cierto número de trabajadores creando, por así decir, un ejército de reserva. La existencia según Marx de trabajadores desocupados conduce a la instalación de nuevas industrias con una composición orgánica del capital baja lo que deja una tasa de ganancia relativamente alta, lo que hace subir la tasa de ganancia general sumado a las viejas industrias. Este ejército también deprime mediante la competencia, con la fuerza de trabajo activa la tasa de salarios y eleva la tasa de plusvalía.
- La quinta explica el comercio exterior: Este permite adquirir materias primas y artículos necesarios para la vida de manera más barata que si se produjeran en el país. Ello aumenta también la tasa de la ganancia y la de plusvalía. Aunque no es parte esencial del análisis.
- La sexta y última se refiere a la forma de calcular la tasa de ganancia, a diferencia de las otras cinco que se clasifican según si su efecto es mantener baja la composición orgánica del capital o elevar la tasa de plusvalía.
Se ha visto que es correcto suponer una composición orgánica ascendiente del capital pero ¿se justifica al mismo tiempo una tasa constante de plusvalía?
Si la tasa de plusvalía permanece invariable significaría que hay una elevación de salarios reales proporcional al aumento de la productividad del trabajo. Pero si la productividad del trabajo se duplica, es decir, que en el mismo tiempo el trabajador produce dos veces lo que antes, una tasa de plusvalía inalterable significaría que el obrero trabaja la misma cantidad de tiempo para sí que para el capitalista. Es decir, su productividad acrecentada beneficia tanto al obrero como al capitalista.
Pero el análisis hasta ahora revela una tasa ascendente de la plusvalía. El efecto del ejército de reserva así lo revela, el capital constante mantiene una competencia con el trabajo actual y su demanda. No se sostiene pues un aumento de la productividad del trabajo con una tasa de plusvalía constante. Una productividad ascendente conlleva consigo un aumento de la tasa de la plusvalía (más máquinas, menos necesidad de trabajadores, mas plusvalía, disminuye el valor del trabajo).
Un ascenso en la composición orgánica del capital significa un aumento en la productividad del trabajo con lo cual un aumento de la plusvalía. Si suponemos que la composición orgánica del capital como la tasa de plusvalía son variables entonces la tasa de la ganancia será indeterminada. Todo lo que se puede decir es que la tasa de la ganancia baja si el porcentaje de aumento en la tasa de plusvalía es menor que el porcentaje de disminución en la proporción del capital variable con respecto al capital total.
Los cambios en la tasa de la plusvalía son así causa contrarrestante.



Por otra parte existen otras fuerzas que pueden influir en la tasa de ganancia tanto para incrementarla como para incrementarla como para disminuirla. Dentro de las fuerzas que tienden a incrementarla cabe destacar las organizaciones de empresarios o patronales, la exportación de capital, la formación de monopolios, y la acción del estado en beneficio del capital. Entre las que hacen decrecer la tasa de ganancia están: sindicatos y la acción del estado en pro de los trabajadores.

Para los sindicatos un exceso de población activa es un obstáculo que impide a los trabajadores beneficiarse de las ventajas del desarrollo industrial. Para salvar este obstáculo los trabajadores se asocian en sindicatos. Por ello, los sindicatos, son el instrumento que los obreros utilizan para luchar por la mejora de sus condiciones y sus derechos laborales.

El estado puede actuar tanto en beneficio de los trabajadores como a favor del capital. Y esto lo hace, fundamentalmente, mediante la legislación que puede favorecer la disminución de las tasas de plusvalía y de ganancia e incrementando sus salarios. Y al capital, el Estado, puede ayudarlo también mediante legislación liberalizadora.

Las organizaciones patronales, son, al fin y al cabo, los organismos que utilizan los capitalistas para defender sus intereses. Y desde estos organismos luchan para luchar por sus intereses.

La exportación de capital sirve, fundamentalmente, para evitar que la acumulación no tenga un efecto depresivo sobre la tasa de ganancia, o que al menos ese efecto no sea tan acentuado.

Los monopolios son, al fin y al cabo, el triunfo de un capitalista sobre los demás. Esto provoca el incremento de la tasa de ganancia tanto del propio capitalista como general.

Existe una gran variedad de fuerzas que pueden afectar, de forma más o menos acentuada. Fuerzas, que, entre si, tienen una relación fundamental, el trabajo.

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